La motivación del equipo de ventas

E l verbo motivar significa según el diccionario «dar causa o motivo para una cosa», o bien, «dar o explicar la razón o motivo que se ha tenido para hacer algo». Por tanto, motivar tiene que ver con el impulso que está detrás de lo que vamos a hacer mañana, de lo que hacemos ahora mismo, o de lo que hicimos ayer, con la fuerza que nos permite realizarlo, con el motor que nos proporciona la energía, o la paciencia, o el tesón, para llevarlo a buen puerto. Es claro que los frutos de esas motivaciones pueden ser positivos o negativos, pueden ayudarnos o ayudar a los demás, o pueden dañarnos o hacer daño a quienes nos rodean.


Un vendedor de venta directa está vinculado con una empresa con la que probablemente tenga menos contacto personal que si tuviese un horario definido en un despacho o habitáculo determinado. Su trabajo se desarrolla en diferentes ámbitos y ubicaciones físicas y su cliente no suele responder a un canon determinado y prefijado, como suele ocurrir en otros casos.
Un vendedor de venta directa debe «salir a buscar al cliente», estudiarlo, ponerse en su lugar, comprender sus necesidades y sus expectativas y tratar de prestarle un servicio adecuado.

Junto con su comisión, porcentaje o retribución por llevar a cabo la venta, el vendedor, además, cuenta con unos incentivos que le animan a mejorar y superarse. En venta directa, la acción como tal discurre en soledad. El vendedor solo, con su producto, con sus instrumentos de venta, con sus capacidades, habilidades, problemas y dudas, se lanza «a cuerpo limpio» a ofrecer sus productos a sus clientes, a sus amigos, en reuniones organizadas o domicilios particulares, a puerta fría o mediante un equipo de vendedores.


 La motivación del equipo de ventas, Ediciones Díaz de Santos, 2007. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliotecaugbsp/detail.action?docID=3228693.
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